Noche en la megalópolis
Noche en la megalópis. Óleo sobre lienzo. JAJ (obra personal).
"Un oasis de soledad
en un desierto de indiferencia".
La luna es una bombilla en una ventana abierta
El cielo es donde vive el abuelo
O eso dicen
Pues nadie ha conseguido verlo.
Y los magos buscan en las chisteras alguien con quien acostarse.
Pues nadie ha conseguido verlo.
Por las chimeneas supura el alma negra de la ciudad
La noche huye sobre el asfalto, despavorida,
Perseguida por unas luces atroces que lo invaden todo
Incluso el destino.
Perseguida por unas luces atroces que lo invaden todo
Incluso el destino.
Allá abajo, en el interior del túnel,
Una antigua linea del metro es el único reducto de lo oscuro
Y allí me escapo a veces, y vago entre sus recovecos, y me escondo, acuclillado sobre mis rodillas, y entonces respiro
Sí, entonces respiro...
Y en ocasiones alguien toma mi mano temblorosa y acaricia con ella la orilla reseca de su boca.
La ciudad es una parada de máscaras
Los tubos de escape vomitan fórmulas que matan incluso a las moscas
Y de lo demás, nada... Solo la mirada hambrienta de algún sin papeles, o sea nada.
¡Vendo!, ¡cambio!, ¡alquilo!, ¡compro!
Millones de objetos de aquí para allá
De la repisa nacarada de no sé dónde a cualquier lúgubre rincón dentro un armario
Y luego, in eternum, el olvido.
En la calle un médico recoge los huesos del niño muerto
¡Qué buen caldo se haría con ellos!, piensa el caníbal desde la azotea
Y por la avenida todos los coches pasan de largo
Réquiem de estelas
Ignominiosa ofrenda...
Una antigua linea del metro es el único reducto de lo oscuro
Y allí me escapo a veces, y vago entre sus recovecos, y me escondo, acuclillado sobre mis rodillas, y entonces respiro
Sí, entonces respiro...
Y en ocasiones alguien toma mi mano temblorosa y acaricia con ella la orilla reseca de su boca.
La ciudad es una parada de máscaras
Los tubos de escape vomitan fórmulas que matan incluso a las moscas
Y de lo demás, nada... Solo la mirada hambrienta de algún sin papeles, o sea nada.
Millones de objetos de aquí para allá
De la repisa nacarada de no sé dónde a cualquier lúgubre rincón dentro un armario
Y luego, in eternum, el olvido.
En la calle un médico recoge los huesos del niño muerto
Y por la avenida todos los coches pasan de largo
Réquiem de estelas
Ignominiosa ofrenda...
Nunca sale el sol en la megalópolis
Solo sales tú, corazón, cada noche
Sola, caminando de puntillas sobre tus zapatos de cristal
A la deriva
Porque aquí no queda espacio para los muertos
(Esos terrenos también se recalificaron)
Ni tiempo en las agendas
Ni lágrimas para llorarlos.
Solo sales tú, corazón, cada noche
Sola, caminando de puntillas sobre tus zapatos de cristal
A la deriva
Porque aquí no queda espacio para los muertos
(Esos terrenos también se recalificaron)
Ni tiempo en las agendas
Ni lágrimas para llorarlos.
JAJ (Marzo 2015)
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